The International Steam Pages |
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Steam Revival in Patagonia? |
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Regular visitors to the International Steam pages will know that regular steam on the Rio Turbio line finished some time ago. Now there is a proposal to introduce steam hauled tourist (passenger) trains in the area as this report shows: LA NACION LINE | 28.05.00 | General Propuesta turística ferroviaria en la Patagonia Al rescate de un tren en Río Turbio Quieren mantener vivo el ferrocarril que une Río Gallegos con la zona carbonífera para atraer visitantes de todo el mundo Temas relacionados Un diamante en bruto que pide ser bien pulido RIO TURBIO.- Todavía hoy las largas formaciones de vagones carboneros cruzan la pampa santacruceña. Sólo que no dejan detrás las espesas estelas de humo que durante muchos años apuntaron a Río Gallegos o a Río Turbio. Las negras y corpulentas máquinas de vapor -adaptadas por sus fabricantes japoneses para el consumo de carbón de piedra- dieron paso a las locomotoras diesel. Más potentes, sí, pero prosaicas y sin alma. El ramal ferroindustrial de Río Turbio, humildemente la línea más austral de la Tierra, es parte de la concesión privada que explota el alguna vez estratégico manto carbonífero del extremo sur de la Argentina. Hoy, el carbón mineral no es una de las cartas altas de la baraja económica y, en su momento, Yacimientos Carboníferos Fiscales (YCF) tercerizó la continuación de la lánguida explotación de los cientos de kilómetros de galerías y frentes subterráneos. Tanto la Villa Minera de Río Turbio como las localidades vecinas hacen equilibrio en el filo de la navaja en cuanto a su presente y a su futuro. El "monocultivo" del carbón fue su prisión preventiva cuando decayó su importancia económica y la pena capital pende sobre su cabeza ante la posibilidad de que en algún momento cese la actividad de la mina. Huesos duros de roer Pero sus pobladores no son huesos fáciles de roer. Año tras año soportan el aislamiento, los inviernos despiadados y la economía que patea en contra. Y piensan dar batalla. Matías Mazú, intendente de Río Turbio, asegura que el futuro de la zona está en el turismo. El y sus colaboradores, apoyados por el subsecretario de Turismo de Santa Cruz, Enrique Meyer, quieren incorporar la zona a los circuitos turísticos de primer nivel. Río Turbio está a 300 km del Parque Nacional Los Glaciares y a menos de 75 del Parque Nacional Torres del Paine (Chile). Son los parques australes más famosos en el hemisferio norte. Pero muy pocos incluyen la pequeña localidad en su programa. Ignoran, inadvertidamente, una de las pocas villas mineras de la Argentina. El pueblo, claro está, no tiene el aspecto de una aldea alpina. Podría haberlo tenido si estuviera enclavado entre bosques y sierras y si contara, además, con el centro de deportes invernales de Santa Cruz. Pero no, su atractivo pasa por otros "rieles". Inmensas estructuras de hierro, altísimas pilas de carbón, montañas de chatarra entre las que se distinguen vehículos extravagantes que no se sabe si circulaban por las vías o por los caminos de tierra y oscuros bocaminas por los que respira un laberinto infinito de túneles. Hasta hace menos de un año las majestuosas locomotoras de vapor todavía maniobraban en la playa de carga. La espesa humareda que las envolvía era lo único que no tenía color negro. Hoy, esas máquinas están olvidadas detrás de un largo galpón entre yuyos y rieles oxidados. Olvidadas, pero no por todos. En el pueblo bulle una red de partisanos detrás de una obsesión. Esa célula de la "resistencia" está formada por funcionarios municipales, ex maquinistas y nostálgicos... Su misión es restaurar algunas de las locomotoras y los coches de pasajeros y restituirlos al riel. Las vías y algunos apeaderos están en condiciones de ser usados y sólo requieren un repaso (de hecho, los trenes cargados de carbón siguen marchando). Con una cabecera en Río Turbio y la otra en Río Gallegos, la capital provincial, esa línea turística daría realidad al sueño de muchos viajeros inquietos de cruzar la estepa de Santa Cruz como la imaginaron en sus mitos. Acceder al glaciar Perito Moreno y al Paine cruzando la Patagonia en tren de vapor es un ingrediente de alto calibre, fundamentalmente para los visitantes extranjeros, esos que, en un alto porcentaje, conocen ya a través de los libros la existencia del ramal ferroviario. Cuando YCF aún explotaba el yacimiento, usualmente un día a la semana se enganchaba un coche de pasajeros (con estufa de leña incluida) para el traslado de personas. Gestionando un permiso en la gerencia muchos osados tuvieron el privilegio de ir del océano a la cordillera casi a paso de hombre. Juntar huevos de ñandú, espantar majadas de ovejas y caminar a la par del tren aparecen en las crónicas que algunos viajeros afortunados publicaron a su regreso. Las personas involucradas en el proyecto aseguran que es un capital muy pequeño el que se requiere para poner todo en marcha. Y la provincia está dispuesta a tener el papel principal en la inversión. Actualmente se realizan estudios de viabilidad para dos opciones del plan. La primera consiste en organizar excursiones desde Río Gallegos hasta Puerto Loyola (en la costa atlántica) y Las Buitreras. Al mismo tiempo, desde Río Turbio, un tren haría 127 kilómetros hasta la estación Ingeniero Cappa, en plena pampa. Ambas excursiones regresan a su punto de partida. Esta propuesta implica la construcción de centros de interpretación y otras obras conexas. Pero su principal inconveniente radica en que el viajero que visita la Patagonia -ya sea argentino o extranjero- por lo general prefiere avanzar en su periplo de un punto a otro de su programa. Sólo los pobladores locales y los ínfimos casos de turistas que están dispuestos a pernoctar más de una noche en Turbio o Gallegos se verían favorecidos por esta propuesta. La segunda opción es menos costosa, más auténtica y, sin duda, ganará mucha más promoción y prensa en las publicaciones turísticas. Simplemente es restablecer el recorrido original de la línea, desde la estación en Río Gallegos a la vieja estación de Río Turbio. Esta última tiene todo el color local: sus paredes son de piedra y durmientes y está enmarcada por las serranías mineras. Actualmente, una alta porción de los visitantes de los parques nacionales australes ingresa o egresa del aeropuerto de Río Gallegos. Es previsible que algunos de ellos quieran marchar a la cordillera en tren de vapor y deban, así, hacer noche en Río Turbio. Queda en manos de sus pobladores la capacidad de ofrecer buenos e interesantes servicios, competitivos con los que brinda hoy Puerto Natales, la ciudad chilena al otro lado de la frontera. La clave no radica en proyectos faraónicos, sino en "reciclar" la estructura que alguna vez fue la riqueza de la cuenca carbonífera argentina. |
Rob Dickinson
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